domingo, 29 de enero de 2012

Entrevista a Juan Carlos Abril


FSM.- En primer lugar, Juan Carlos, enhorabuena por ese gran premio Manuel Alcántara obtenido a un solo poema. Y aprovechando que has escrito un hermosísimo texto poético que ha competido con otros miles, podrías decirnos para Paraninfo Poético qué debe tener en tu opinión un poema para que resulte bueno, redondo, completo, acertado y lleno de calidad.

JCA.- Supongo que ha de tener una buena historia detrás. Es difícil conseguir esa buena historia en el transcurso de la vida real, indagar en nuestra vida, para luego poder desarrollarla en un poema. Hay que investigar lo que nos pasa. Por lo demás, un poema es un ejercicio de inteligencia emocional. Yo le pido a un poema que ahonde en esas claves de nuestro tiempo pero que, a la vez, emocione.

FSM.- ¿Cómo y cuándo empiezas a escribir poesía y por qué?

JCA.- Empecé cuando tenía 12 años más o menos, aunque eran poemas infantiles, diría yo. Luego con 14, en plena adolescencia, ya hacía poemas de tipo amoroso. Eran muy romanticones, rimados y malos, que no guardo desgraciadamente. Creo que cualquier poeta empieza a escribir por una necesidad de expresarse: la poesía es otra vía, una vía que está ahí y aunque todos la intuyamos no todos se lanzan a explorar ese lenguaje. Poco a poco fui adentrándome en ella siempre movido por necesidad de decir.

FSM.- ¿Qué es para ti la poesía? ¿Podrías darnos una definición?

JCA.-Pues algo de lo que te he dicho. Es un ejercicio de inteligencia emocional, o al menos así la considero ahora mismo en esta etapa de mi vida. Además, me interesa indagar en las experiencias de lo cotidiano para extraer de ellas claves abstractas, comunes denominadores.

FSM.- Has escrito unos cuantos libros de poesía y, entre los primeros, si no me equivoco, fuiste premio Federico García Lorca 1996 con Un intruso nos somete, y accésit del premio Adonáis 2000 con El laberinto azul (2001), ¿qué tipo de poesía abordas en esta primera etapa de tu poética?

JCA.- En mi primer libro se planteaba el tema central de la mirada nostálgica de la infancia, vista desde una adolescencia poco feliz. Había un poso de la poesía de la experiencia pero precisamente rompía con esa visión plana, y así los escenarios eran rurales, cosa que no se había visto en la poesía de la experiencia, y el personaje literario estaba dibujado según otros patrones menos normales. El segundo libro es una visión metapoética, un intento de rizar el rizo en aquellos tiempos en que no se sabía bien por dónde iba la poesía. O al menos la generación que quería hacer algo distinto a la poesía de la experiencia no lo sabíamos. Busqué mi propio camino, pero era muy difícil. Me alejé de la poesía de la experiencia y me arriesgué. A partir de ahí se podrían ver otros temas del libro.

FSM.- Siete años más tarde publicas Crisis (2007), ¿era eso una premonición del tiempo que estamos viviendo en este momento? ¿Dirías que en cada poemario tuyo se advierte un cambio? ¿Qué nos puedes decir de este libro?

JCA.- Mi tercer libro tiene que ver con una crisis de lenguaje, una crisis de valores, ideológica y a todos los niveles. Pero para un poeta, descreer del lenguaje es lo más peligroso que pueda existir, por eso es un libro tan hermético y extremo. Sin embargo es el libro que más satisfacciones me ha dado. Cada libro mío sí, es distinto. De hecho mi último libro también asume cambios radicales. Mi poesía es polifónica.

FSM.- Has escrito crítica literaria en numerosas revistas, ¿condiciona escribir crítica literaria a la hora de crear poesía?

JCA.- No lo creo. Escribir crítica literaria a mí me sirve para ganarme la vida como profesor de universidad y también para mantener el contacto activo con las novedades. Como bien sabes, no todos los poetas saben escribir crítica, que es otro género distinto, un género que hay que cultivar como cualquier otro. Me gusta la crítica pero la poesía es algo distinto. Se puede escribir crítica a diario pero no se puede escribir poesía a diario, o al menos yo no.

FSM.- Juan Carlos, ¿cuáles son tus poetas de cabecera o tus referentes literarios?

JCA.- Hay muchos, me refiero a si tuviéramos en cuenta a los clásicos y a los contemporáneos. Pero, actualmente, siempre lo he dicho, Luis García Montero es uno de los poetas más interesantes, aunque hay otros igual de importantes como Felipe Benítez Reyes, por ejemplo. Ambos me influyeron mucho desde mis inicios y ahora los sigo leyendo con devoción. Fabio Morábito o Antonio Deltoro están al mismo nivel, Piedad Bonnett, Hugo Mujica, todos son grandes poetas, con trayectorias sólidas y de referencia no solo para mí sino en lengua española y, aunque distintos, de todos se aprende. Pero hay muchos más nombres que podría citar aquí. No se es buen poeta por el estilo que practiques, sino por la calidad de la poesía que realices.

FSM.- Podrías por favor hablarnos de la revista Paraíso que diriges.

JCA.- La revista se hace en Jaén, auspiciada por la Diputación y la Universidad. Es una plataforma para los poetas jiennenses, que están en diálogo con poetas españoles y de Hispanoamérica. Ya van siete números y estamos maquetando el 8. Intenta ser, además de un documento con textos, un objeto estético, y siempre se ha cuidado mucho su edición, el tipo de papel, las ilustraciones… en los dos últimos números se ha ocupado de la cubierta y las ilustraciones Ginés Liébana, el mítico pintor de Cántico…

FSM.- ¿Crees que a la poesía se le está dando en este momento histórico la importancia que se le ha dado en otras épocas?

JCA.- Sí, incluso más. Hay un mercado, aunque pequeño, en España, y eso no sucede en otros países. Ese mercado se lo debemos a la poesía de la experiencia, que se esforzó en crear una estética cercana al lector. En estos últimos años, al calor de la influencia que las vanguardias están teniendo, ese lector está huyendo. Cuando alguien se acerca a la librería a buscar un poemario interesante y lo abre pero no lo comprende, lo deja y al final compra otra cosa. Los poetas no pueden escribir solo para poetas. Hay que indagar en el lenguaje y todo lo que tú quieras, pero no podemos convertir la poesía en una jerga para iniciados.

FSM.- ¿Para qué sirve la poesía? ¿Tiene alguna misión?

JCA.- La poesía sirve para muchas cosas, pero no tienen utilidad en el sentido clásico. Decía Kant que la poesía no servía para nada, pero es evidente que se equivocaba o, mejor dicho, que hacía un análisis de la poesía según su propia filosofía en la que la poesía era algo como gratuito. La poesía no es gratuita, es necesaria, cualquier época, cualquier modo de producción tiene poesía. Sin querer afirmar que sea algo universal, se acercaría.

FSM.- Muchas gracias Juan Carlos por colaborar y contestar tan amablemente a las preguntas. Para acabar ¿podrías dejarnos con un poema tuyo y hacernos un breve comentario?

JCA.- Te dejo este poema que se titula «Desaprender» y es inédito. Forma parte del libro que estoy trabajando, pero voy muy lento, voy poco a poco. Habla de mi infancia, un poco viéndola de otro modo a como la contemplé en otros momentos de mi vida. Ahora el lenguaje es más descarnado e intenta analizar, juzgar y valorar. En concreto yo tuve una vida escolar muy conflictiva, maestros nefastos, en general, y muy malas condiciones. Era todavía una educación muy clasista. Todo eso, y muchas cosas más que me callo, no ayudó a que fuera un buen estudiante o un alumno ejemplar. Solo con los años tuve y pude marcarme mi propio camino. Pero la educación que viví en mi pueblo, en el Jaén rural de los años ochenta, fue muy dura. Jaén, como bien sabes, ha sido quizás la última provincia española en modernizarse, fue quizá la provincia española más deprimida, y ese lastre lo tuvimos que pagar bien caro.



DESAPRENDER


Una vez más se equivocó el instinto

que estuvo callejeando

con el amigo ausente

antes de que se nos hiciera tarde.


Estuvo allí, como un grito pagano,

la estética de la imaginación

al lado de la hormiga alada,

el intervalo del atardecer

secreto, y su complicidad.


Todo iba unido y separado.

Temblor ubicuo, origen

de la escritura autobiográfica.

Si te enrocas

alguien vendrá a salvarte,

si replicas,

incluso si no sabes quién has sido,

por planos inclinados

y falsas perspectivas,

o incluso

si más allá de ti crece el desierto,

no te conformes.

No, no importa

si todo esto ha sucedido.


Tienes que recordar quién eres,

y en el camino inverso que recorres

del nosotros al yo, el gesto

que te satisfacía.


Nubes hasta el final del cielo, ves

vacío el borde del vacío,

lecciones de rencor

en la pizarra, inolvidables.


Tu escuela estuvo unida

a un sedimento de maldad

en la conciencia de los mejores propósitos,

pero también a la prueba arrugada

en la ribera del aburrimiento.


Parece que fue ayer. Un maestro

te inculcó el miedo y te volvió rabioso,

adoctrinándote en los recados

científicos de la superstición

y en los castigos.


No tenía problemas, los buscaba

en mí, burbujeando,

cuando el invierno era invierno.

En ti, que no conoces el orgullo.


Todo está unido, se separa

y entre el fango y los líquenes

ya sólo me dedico a lo que importa,

juego y revivo con mis manos

líquidas aventuras, voy al rescate

de la impuntualidad

a cualquier hora, aquel lejano asombro

frente al río, los árboles que hablaban

y todas las pasiones

que no fueron leyenda, la lealtad.


¿Es más rápido el ojo?


Antes de que se haga más tarde

para aprender

la enfermedad de cada uno,

antes de que despiertes

y vuelvas del pasado

y sus merodeadores,

recupera tan sólo

la abreviatura de los sueños.


Antes de esta joven renuncia,

y habrás desaprendido.


                                    (Inédito)



lunes, 16 de enero de 2012

Entrevista a Balbina Prior

FSM.- Balbina, eres una poeta reconocida no sólo porque lo avalan tus excelentes libros de poemas sino además por tu ingente trayectoria participativa e incluso porque estás incluida en la famosa antología La inteligencia y el hacha de Luis Antonio de Villena. ¿Crees que por fin la mujer está ya reconocida en igualdad de condiciones a los hombres en el campo de la literatura?
BP.- No, en absoluto. Existe una larguísima trayectoria de invisibilidad de las escritoras, por lo cual los reconocimientos son escasos. Lo más grave es la consecuencia que trae consigo, el que las escritoras no han tenido la posibilidad de crecer literariamente. Sólo unas pocas, a las cuales fue imposible ponerle la zancadilla del (por el) género.
FSM.- ¿Cómo recuerdas los primeros indicios en los que ya empezaste a preocuparte por escribir poesía?
BP.- Siempre fui consciente de la necesidad de literariedad, pero el primer shock llegó cuando me di cuenta de que también podías dejar al descubierto tu intimidad. Fue cuando averigué que se podía velar el poema, pero no me he dirigido en esa línea.
FSM.- ¿Cuándo entonces decides que de verdad quieres ser poeta y por qué?
BP.-Nunca lo he decidido. Es un camino por el que se transita y son los demás los que te señalan. O así debería ser.
FSM.- Balbina, me gustaría saber si tú has notado algunas diferencias, algunos aspectos que distingan a la poesía masculina de la poesía femenina?
BP.-Este es un extremo que se encuentra en los inicios de su estudio y existen demasiadas interferencias, pero algunos estudiosos y sobre todo estudiosas están intentando clarificar numerosas cuestiones relacionadas con lo genérico. Deberíamos preguntarnos si en la obra de un poeta es esencial su nacionalidad, sus circunstancias vitales y su intrahistoria ¿por qué no va a determinar también el género? Un ejemplo sería la recuperación del derecho a la expresión del deseo sexual femenino, que fue siempre ficción. Yo diría que un primer paso está siendo el descubrimiento de numerosos textos de calidad que están saliendo a la luz a raíz de las investigaciones y la rehabilitación de autoras que se nos habían ocultado. Esta es la labor de la crítica literaria, subvertir el canon ya dado.
FSM.- ¿Qué es un o una poeta y para qué sirve? ¿Tiene alguna misión?
BP.- La creación es una vieja fábrica en llamas. El verdadero poeta es capaz de sacar enseres de valor saliendo indemne y sin ser consumido por el fuego. Esta reflexión que publiqué hace ya bastantes años en una revista es bastante más extensa y no hace mucho la encontré publicada en Internet.
FSM.- ¿A qué poetas admiras y quiénes crees tú que han dejado una influencia en tu obra?
BP.- La lista sería interminable, aunque soy más receptiva al poeta que nos transmite las cicatrices de la huella del tiempo. Sobre todo, el que es capaz de rasgar las consciencias de la gente para después cambiarle el rumbo. Un objetivo demasiado elevado, y desde luego alcanzable sólo por unos cuantos.
FSM.- ¿Podrías hablarnos de ese proyecto literario que tú diriges llamado Aristas de Cobre?
BP.- Son publicaciones de poesía, fundamentalmente, donde hemos dado a conocer los primeros poemas en España de la poeta inglesa del siglo XVII Aphra Behn o del laureado poeta norteamericano Donald Hall, pero también se tradujo del catalán, vasco y gallego, además de autores nacionales tan distintos como Jorge Riechman o Concha García. Como hemos pasado por diferentes etapas, ahora estamos más orientados a poetas inéditos.
FSM.- Nos gustaría que nos hablaras brevemente de cada uno de tus libros de poemas y que nos digas cuál de ellos te ha dado más satisfacciones y por qué?
BP.- En realidad, yo no escribo libros. Son poemas con autonomía, que se van construyendo muy lentamente y se puede tardar en reunirlos más de una década, como sucedió con el libro En los andenes de la Era Heisei. El análisis, la síntesis y el reposo son esenciales. Espero que conformen un todo en el futuro.
FSM.- ¿Qué debemos exigirle a un libro de poemas para que podamos decir que estamos ante un libro de calidad?
BP.- Como te digo, no me interesan los libros. La unidad es el poema. La exigencia de los premios perturba la voz de los poetas. Demasiada repetición, a mi juicio.
FSM.- ¿Cómo ves el panorama poético que se hace en este momento no sólo en Córdoba sino también en el resto de España?
BP.- Soy optimista, creo que hay legiones que lo estamos intentando y seguro que algo quedará. Pero básicamente los problemas son los mismos que, por ejemplo, en el Siglo de Oro: la lucha contra y por la palabra. Y el qué decir.
FSM.- Para acabar y agradeciéndote enormemente tu colaboración me gustaría que nos dejases aquí debajo uno de tus poemas favoritos y nos digas por qué lo has elegido?
BP.- Este poema Subasta de Sueños en la Era Heisei me facilitó el cierre de un ciclo iniciado a principios de los años noventa cuando empecé a escribir En los andenes, consciente de que el nuevo milenio nos traería desafíos de gran envergadura como resultado del saldo de los proyectos de transformación social (caída del muro: comunismo, socialismo etc.) y la lucha del capitalismo por obtener una hegemonía aplastante, que finalmente obtuvo hasta la primera década del 2000. El repaso por todo el siglo XX resultaba demasiado inquietante, así que comencé un diálogo con el mundo y la época que me ha tocado en suerte, utilizando como simple decorado los lugares que he recorrido en ese final de milenio, coincidente con la Era Heisei japonesa. En este poema el escenario es Takayama, Japón, donde encontré las mayores fisuras de la postmodernidad. En él no oculto mi decepción por el fracaso de muchas utopías que intentaron transformar el mundo, y por eso, creo que en el final de milenio se ha producido una Subasta de Sueños. Y hoy, consumido el primer decenio del siglo XXI, y conociendo ya el fracaso completo del ultraliberalismo, que nos ha dejado en la ruina, nos encontramos en una crisis profunda, pero como lo son siempre todas las etapas de la historia, apasionante. Y todo está por construir.


Subasta de sueños en la Era Heisei


Sabía que atravesando Akakira
al final se llega a una vieja fábrica de aceros,
donde los prendidos sueños arden
como en plena calle verdes
papeleras de plástico galvanizado.
Era todo un milenio en llamas,
crepitaban utopías y principios,
un viejo sombrero de fieltro de Pablo Iglesias,
y la daga samurai de un múltiple Harakiri.
Su resplandor iluminaba la máscara de la Era Heisei,
un ácido corroía los labios del milenio
una vez pintados de rojo carmín.

Todo era cenizas; asusta.
Como en el insaciable tanatorio de la M30
nadie se atreve a esparcirlas
por si tan sólo la grama crece,
algún deseo trasterrado y otro
sumiso siglo nada adverso
con el viático de su pasado.

Pero también cerca de Akakira
se encuentra una casa de subasta,
y a la espera quedo por si consigo
en rebajas alguna sombra de sueño.

Año XI de la Era Heisei
Takayama-Japón



(De En los Andenes de la Era Heisei)

Balbina Prior