jueves, 29 de marzo de 2012

Entrevista a Rocío Biedma

FSM.- Rocío, tuvimos el inmenso placer de conocernos en Madrid leyendo poemas representando la poesía andaluza, dime, ¿cómo te sentiste ese día entre los poetas andaluces que estábamos allí?

RB.- Me sentí encantada de compartir Andalucía con vosotros, emocionada al escuchar vuestros poemas y halagada por haber sido invitada.

FSM.- Cuéntanos cómo sientes esa llamada de la poesía y cuándo realmente te decides a ser una poeta activa.

RB.- Mi historia es bonita: había escrito desde siempre, sin darle la mayor importancia, pero tengo una hija que tiene cualidades para la pintura y leyendo la prensa, vi anunciado un certamen de Pintura. La animé a participar, pues pensaba que eso la haría tener confianza en sí mima y ella, con 13 años, sugirió que el certamen era a la vez de Pintura y de Poesía, y que si presentaba sus cuadros yo tenia que presentar mis poemas. Tras una llamada para recibir un primer premio y muchos ánimos para seguir escribiendo por parte del Jurado y Patrocinadores, toda esta serie de acontecimientos me fueron adentrando en el mundo de la poesía.

FSM.- Podrías por favor hablarnos de tus poemarios publicados.

RB.- Me han publicado sobre todo en antologías. Me siento humilde como para llevar por mi cuenta un poemario a editar. Tengo varios libros de poesía terminados con la palabra “prudencia y mesura” en el cajón que los guarda.

FSM.- ¿Cómo definirías tu poesía?

RB.- Se escapa de todo formalismo y oficialidad e intenta mantener esa línea de humildad y sencillez, ya que sin ella, dejaría de ser yo misma.
Po otra parte, creo que cometería un error al definirla. Mejor te cuento cómo la definen los demás: Pasional, con musicalidad, intimista y conmovedora.

FSM.- ¿Cómo mantienes vivo el contacto con la poesía?

RB.- Por supuesto, leyendo todo lo que puedo y aceptando las invitaciones en todos los ámbitos, a dar a conocer la mía. Entiendo que el paisaje en general es inmensamente extenso y rico, pero me preocupo de ser selectiva y darle el valor oportuno a la hora de escribir y sobre todo a los poetas de corazón sencillo, que hacen arte, verdad, belleza y magia con sus palabras.

FSM.- ¿Cómo está el panorama poético en Jaén?

RB.- En contenido está bastante colmado, pero en forma deja mucho que desear. Como dijo Brecht, “Son malos tiempos para la lírica”… No me cabe la menor duda de que la poesía se encuentra sumida en una delicada postura, sea en Jaén o en cualquier otro punto del mapa, que yace en un largo sueño que solamente el despertar de unos pocos se atreve a molestar. Y dentro de este minoritario grupo, existen opiniones aún más despiertas, (entre las que me cuento), que defienden una poesía de emoción, viva, bella, que conmueve, que deslumbra, que tiene alma y habla sola, que invita, y hace vibrar y descarta el aburrimiento, la uniformidad, el maquillaje, la hipocresía, el amiguismo y la urgencia del éxito. Lo triste es que en ese grupo, casi siempre nos encontramos los mismos.

FSM.- Podrías, por favor, darnos una definición de lo que es para ti poesía.

RB.- Para mí, un poema es la cuna donde recostar cada sentimiento, algo dulce que nace después de un deseo intenso de hacer palabras eso que llevamos dentro.
Si escribo, es porque me muevo a golpe de escalofríos, de sentíres y tiempos desordenados que me provocan versos porque es la forma de arrancarme algo que me duele, de calmar la fiebre de mi corazón o la sinrazón y el asombro de mi pensamiento y porque no entiendo el amor o el desamor, sin una forma de tacto, y el papel en muchos casos, se convierte en la piel que necesito acariciar con mis palabras.
De ahí surge un poema, al que luego, después de concebir, hay que moldear y dar forma para al final recostar en esa cuna que lo dejará crecer, tal vez, para ser sentido, juzgado, reconocido, amado o vilipendiado por el lector.

FSM.- Rocío, ¿cuáles son tus poetas de culto?

RB.- Me siento inmensamente agradecida a tantos grandes, por conseguir que me aferrara a ese hilo de oro de legados como son Bécquer, Góngora, Machado, Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez, Elena Martín Vivaldi, Hierro, Salinas, Juan del Enzina, Felipe Benitez Reyes, Javier Cano y todos esos poetas silenciados y espontáneos que me iluminan la vida.

FSM.- ¿Para qué crees tú que sirve la poesía?

RB.- La poesía sirve para decir belleza. Es muy difícil decir belleza cuando se dicen tantas cosas…y de tantas cosas, hay tantas cosas que no son para nada interesantes…
Sirve para congelar instantes lo mismo que en cualquier otro arte, pero con palabras. Mi impulso al escribir se nutre de mi propia sombra, de un mirar, sentir y vivir despacio cada instante de soledad, una búsqueda de la Alquimia del misterio que yo convierto en palabra, una forma de darle luz a mis propias tinieblas, voz a horas de intenso silencio y música a cada desvarío que provocan los sentimientos, y si esto se convierte en poesía, siento esa libertad que destroza la cadena de mi propio aislamiento y me siento volar libre, como un ave, después de la tormenta.

FSM.- ¿Cómo abordas la actividad poética, te sientas, es decir, te disciplinas a la hora de escribir, o solo escribes cuando te viene la inspiración.

RB.- En general necesito leer o escribir todos los días, pero intento no forzar mi mente por motivos de salud de un lado y de otro, porque entiendo que lo que no se siente, conlleva superficialidad e hipocresía.
Sin duda, escribir cuando te sientes dolida, melancólica o tremendamente llena, da mucha más fuerza y posibilidades de trasmitir sentimientos.

FSM. Para acabar, ¿podrías, por favor, dejarnos uno de tus poemas favoritos y decirnos por qué lo ha elegido?

RB.- Os dejo un poema de mi libro “Octubre”. Tal vez porque es sencillo y concreto. Espero que os guste:


Breve Encuentro


Que fugaz, que breve encuentro.
Que veloz, que ágil momento.

Dulce instante y tan intenso,
que la explosión ha salpicado
de gotas de sudor tanto tormento.

Y después, extenuados
de este amor tan inmenso
el reloj nos ha robado
la vida, en un breve encuentro.

Dulce instante y tan intenso.
Qué veloz, que ágil momento,
que fugaz …
pero tan nuestro.



Rocío Biedma



sábado, 24 de marzo de 2012

La dualidad del ángel, de José Manuel Auñón

José Manuel Auñón ha publicado La dualidad del ángel, un poemario reflexivo e intenso en donde encontramos unos poemas que no dejan indiferentes a quien los lee. Él mismo en la nota de autor dice: "Como los ángeles, todo ser bondadoso oculta un lado oscuro que tras su dualidad siempre deja la duda de la sospecha, pues existen los ángeles caídos cómo no, todos caemos en manos del delirio al no actuar como las personas nobles que los demás esperan que seamos, actuamos de forma errónea y aparente como el poeta, que en este libro muestra un lado suave enmascarando su lado más sombrío. En la sutileza de "la dualidad del ángel" encontrarás aspectos cotidianos del ser, atrévete a descubrir las inquietudes y delirios sintiéndote identificado con las vivencias y pensamientos del poeta en este peregrinaje de la vida hacia la honestidad."
En este poemario José Manuel trata una ingente variedad de temáticas en sus poemas: el amor, la tristeza, la desesperanza, el desamor, la muerte, la vida, el más allá, el misterio, la política, la clandestinidad, el sexo, los pecados capitales, etc Esto nos demuestra que estamos ante un poeta muy sensible con todo lo que rodea e impregna nuestra existencia. Estamos ante un poeta dual y polifacético que busca explicación a todo cuanto le rodea con el fin de poner ese orden necesario en su existencia. Se diría en muchos casos que sus poemas son la única salvación necesaria que él necesita para seguir vivo en el mundo.
José Manuel Auñón es un poeta con un mundo interior lleno de cosas por decir, lleno de ideas, sentimientos que expresar y emociones nuevas con las que contagiarnos. Tenemos a un gran poeta


He aquí uno de sus poemas

                                                                 Carpe diem


Le he arrancado de la memoria
la virginidad a la vida,
en un delirio de manos que mi chistera,
imposibilitó alzar al vuelo con sus sisellas.

En la seca rama de la vida,
brota y florece el muérdago,
pero nunca es la humedad de su saliva,
las que pernocta en mis labios.

Uno y tú, son diez veces diez
lo que por ti siento;
cientos sin ti son nada
y nada es lo que sin ti siento.

Regocijo o lamento
es vivir, o no, el momento.

lunes, 19 de marzo de 2012

Entrevista a Antonio Varo Baena

FSM.- Antonio, eres uno de los pocos poetas de Córdoba que desarrolla una gran actividad cultural de calado en nuestra ciudad. Recuérdanos cómo y cuándo empieza en ti esta vinculación con la vida cultural de nuestra ciudad.

AV.-Mis primeros contactos con eso que se llama vida literaria (según Juan Marsé), es en la Fundación Paco Natera, recién yo llegado a Córdoba allá por los años ochenta. Allí contacté con la gente del grupo Zubia, también con los que después formarían el grupo Astro y otros poetas. También conocí el proyecto del Ateneo de Córdoba al que acabé sumándome. En realidad era la presencia en todos los actos que podía, para conocer -más que la vida literaria-, qué se estaba haciendo en Córdoba poéticamente. De aquellos contactos surgió mi primer libro Poemas para Andrómina que se publicó en la colección Polifemo de la Diputación y me lo presentó Manuel de César. Y desde entonces no he parado.

FSM.- Has sido elegido recientemente presidente del Ateneo de Córdoba. ¿Qué se siente ante tan importante cargo?

AV.- Responsabilidad ante los socios, como no podría ser de otra manera y un honor. No hay que olvidar que el Ateneo es una entidad que es referencia para la cultura en Córdoba. Sus objetivos son promover la cultura con los valores de tolerancia y pluralidad. Y en eso estamos.

FSM.- Y en la poesía desarrollas también una gran labor no solo como creador sino como organizador y presentador de actos, etc, ¿Qué crees tú que tiene la poesía a diferencia de otras artes de la escritura para que mucha gente se acerque a ella sin tanto temor como por ejemplo se acercan a la narrativa?

AV.- Dice Antonio Gamoneda –y en ello estoy de acuerdo- que la poesía no es literatura. Seguramente lleva razón porque son otras las claves que mueven el hecho poético. Unas claves que no creo que se diferencien mucho de un poeta a otro. Vicente Núñez llamaba a la poesía la Ramera por su capacidad de absorber la vida del poeta, de contrarrestar su vitalidad. En este sentido no tienen nada que ver con la narrativa que es sobre todo trabajo y extensión. La poesía es inspiración, intuición, conocimiento y sobre todo –ya lo he dicho en alguna ocasión-, presentimiento. Presentimiento de la nada, de la muerte, de lo efímero, también de la belleza, cuando se consigue alcanzar, porque se quiera o no la poesía es la quintaesencia del lenguaje.

FSM.- ¿Cómo comienza tu afición a la poesía?

AV.- No es afición, es devoción y sufrimiento. Ya lo decía Rilke –uno de mis poetas de referencia- esto último. Y sin duda hay una enseñanza previa. Recuerdo los comentarios estimulantes, estando yo en cuarto de bachillerato en un colegio de Sevilla, del profesor de literatura, José Luis Moreno Siles, cuando le enseñé mis primeros escarceos poéticos. Por esas fechas también, publiqué mis primeros poemas en las revistas de feria de Montilla y Aguilar. En esta última –quién me lo iba a decir-, cuando yo aún no lo conocía, escribía también Vicente Núñez.

FSM.- Podrías darnos una definición de lo que para ti es poesía.

AV.- Ya he comentado algo en las preguntas anteriores. José Hierro, cuando una vez se lo preguntaron contestó “yo que coño sé lo que es la poesía”; pero al final dio en la tecla: “la prosa dice lo que dice, la poesía dice más de lo que dice”. Es la elipsis, lo que no se expresa con palabras pero está vehiculado por ellas.

FSM.- ¿Cuáles han sido los poetas que más han influido en tu obra poética?

AV.- Yo tengo un itinerario poético cronológico de poetas en español, que hace referencia a las cumbres de la poesía española: Jorge Manrique, Garcilaso, San Juan de la Cruz –la cima poética-, Gustavo Adolfo Bécquer, los Machado -Antonio y sobre todo Manuel-, Rubén Darío, Juan Ramón, Vicente Aleixandre, Claudio Rodríguez y Vicente Núñez. De ellos he bebido y leído y sin duda de ellos todos somos deudores. Pero yo destacaría en la influencia poética de mi poesía a los tres últimos, y a algunos poetas extranjeros como Baudelaire, Shelley, Hölderlin y sobre todo Rilke.

FSM.- ¿Qué te parece la poesía que se hace en Córdoba?

AV.- Una vez un amigo poeta madrileño, cuando le envié un libro, me contestó lo fácil que era hacer poesía en Córdoba; con su entorno, su paisaje, sus calles, sus personas, su ambiente poético y su historia. No sé si es fácil hacer poesía en Córdoba pero sí parece obvio que se da una alta concentración de poetas, y de gran calidad. Y en estos momentos conviven varias generaciones, con estilos contrapuestos. No se puede decir que haya homogeneidad, afortunadamente.

FSM.- Volviendo al Ateneo del que tú eres presidente recién llegado, aunque con una experiencia anterior ocupando otros cargos, dime, ¿qué planes tenéis para el apartado de la poesía dentro de esta institución?

AV.- Sin duda la Sección de Poesía del Ateneo no es sólo una de las más potentes sino también de las más activas. Todos los años se convoca el Premio Juan Bernier de poesía que este año va ya por la XXVIII edición y se publica el libro ganador. Por otro lado todos los años hay ciclos de poetas que este año lo realizaremos en el último trimestre y con el nombre específico de Nuestros Poetas. Por otro lado se ha elaborado un libro, que se publicará próximamente de Homenaje a José de Miguel y en el que participan unos sesenta poetas y dos pintores Antonio Bujalance y Ginés Liébana.

FSM.- Hablemos de tu obra poética. ¿Cuándo publicaste tu primer libro y qué significó esto en tu vida?

AV.- Aunque en Montilla ya había publicado un cuaderno titulado “Sombras” el año 83, es el año 87 cuando se publica mi primer libro Poemas para Andrómina, ya citado en pregunta anterior. Sin duda para todo poeta el publicar su obra es uno de sus objetivos más importantes y en ese sentido se veía cumplido un sueño y un deseo. Y ello hizo que de alguna manera entrara en el ambiente poético de Córdoba.

FSM.- ¿Qué destacarías de tu obra poética publicada?

AV.- Es complicado señalar eso. Pero yo destacaría tres obras, curiosamente con distancias equivalentes de una década de publicación y escritura como son Poemas para Andrómina (1987), Cartas a Enma (1997) y El Origen del Mundo (2009). Son libros diferentes, aunque con el común tema del amor, abordado desde perspectivas antitéticas.

FSM.- Tú cultivas también otros géneros literarios, ¿con cuál te sientes más cómodo? ¿Qué lugar ocupa la poesía en tu vida?

AV.- Yo, sin pretender ser vanidoso, me considero básicamente poeta. Pero la literatura en todos sus géneros la he cultivado siempre y siempre me ha interesado. Quizás tras la poesía es el ensayo donde encuentro una forma de expresión que se adapta mejor a mi concepto literario y a mis lecturas e intereses. Y aparte de una novela publicada, y relatos sueltos, y otra novela esperando, estoy trabajando mucho últimamente en obras teatrales (una estrenada el año pasado en el Gran teatro llamada La Visita). Considero que esos textos se pueden aunar tanto la poesía, como lo narrativo, aunque la dramatización impere. Por otro lado el hecho de poder representarlas y que los actores hagan tu obra es una sensación diferente a cuantas otras había experimentado en la literatura.
Yo realmente no sé qué lugar ocupa la poesía en mi vida, quizás podía haber renunciado a ella desde el primer momento y dedicarme a otras cosas, pero uno no escribe poesía cuando quiere sino cuando puede. En ese sentido era quizás inevitable el que la poesía me acompañara durante toda mi vida.

FSM.- Para acabar no se puede dejar uno de tus poemas aquí abajo y comentarnos por qué lo has elegido.
Muchas gracias por participar en Paraninfo Poético.

AV.- Gracias a ustedes. He elegido este poema porque creo que resume algunos tonos de mi obra.



Cuando el amor llega

no debe andar lejos la muerte.

Me pides un poema

que devore las entrañas,

como el hombre desnudo

para ocultar su impudicia,

como la mujer que implora

el final del dolor del parto.

Ya te dí el sonido apagado

de mis palabras escritas,

el punzón de taladro

de las páginas en hueco.

Te dí todas mis soledades,

mis ideas, mis sentidos.

¿Quieres un poema?

Tómalo aquí me tienes.


          (Del libro “Viaje en la noche”, 1999)