miércoles, 27 de junio de 2012

Donde respiran los álamos, de Bartolomé Delgado Cerrillo

Estos días, en el salón de Los Sentidos del Círculo de la Amistad y amparado por el Ateneo de Córdoba, se ha presentado un nuevo poemario editado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Priego de Córdoba, Donde respiran los álamos, un título acertadísimo y verdaderamente bello, hermoso y poético. Bartolomé Delgado Cerrillo ha reunido un conjunto de poemas que en palabras de Rafael Ruiz Serrano escritas en el prólogo dice: "...su poesía tiene méritos tales como creador de imágenes inolvidables, capaz de revivir en el lector sensaciones y recuerdos olvidados, describe como nadie la nostalgia del paraíso perdido de la infancia..." "...sus poemas no están, por lo tanto, condenados a la maldición de Albert Camus, que afirmaba: "Los que escriben con claridad tienen lectores, los que escriben con oscuridad, tienen comentaristas. Es un libro de autor culto, pero que no juega al ocultismo; no está destinado a los brujos de la tribu, sino a nosotros, pobres mortales, que consideramos la lectura un ejercicio tan cotidiano, democrático e imprescindible como la respiración." "...Su poesía, además de comprenderse, está en la línea de lo que Béquer llamaba la poesía de los poetas, es decir, una poesía sin excesos ornamentales, esencial y natural. Sus poemas nos hablan de los eternos temas de la poesía, que mejor que nadie sintetizó Miguel Hernández en un brevísimo poema: la vida, la muerte, el amor..." "...sus versos están recorridos por los sentimientos, siempre contradictorios, que nos definen como humanos: la inevitable soledad, la alegría de vivir, la nostalgia de lo perdido, la niñez, la voluntad de preservar la felicidad fugaz, el paso veloz e inevitable del tiempo, nuestra vida reflejada en otros ojos... y siempre el paisaje." "...Su poemario no es un simple enunciado de buenos sentimientos al alcance de cualquier persona sensible. Lo que le da el verdadero valor poético, literario, que encierra, es que esos sentimientos han sido sometidos a un paciente proceso de elaboración, similar al del hábil joyero que talla el diamante para sacar de él toda la luz de la que carecía en estado puro, pero bruto." "...Más que influencias, en su caso habría que hablar de afluencias, es decir, de esas corrientes profundas y antiguas, fruto de sus años de estudio y de sus numerosas lecturas..."

A continuación les dejamos con uno de los poemas del libro

Homilía de los sueños

                        A mi padre

A veces soy sueño de paz
sedante de la materia.
De la tierra solo me llevo la memoria
y el aire de mis versos.

Me desdibujo en la brisa
entre el vaivén del cielo azul.
Soy etéreo en las alturas
como arena inquieta de los médanos.

Allí no existen últimas palabras,
solo el sabor dulce de la esperanza.

Y en la hedonista pradera de lo nuevo
a veces soy sueño de libertad.

sábado, 9 de junio de 2012

Proyecto para excavar una villa romana en el páramo, de Luis Antonio de Villena

En este libro Proyecto para excavar una villa romana en el páramo Luis Antonio de Villena dice: "Es este, obviamente, un libro elegíaco. Sobre el tiempo, su tránsito y sus bellezas. Y como toda elegía,  -también con la equivalencia arqueológica- es así mismo un ibro de enorme vitalismo y sensualidad, porque la fugacidad enaltece el placer. ¿Referencias culturales? Me han parecido siempre parte integrante y cimera de la vida: la encumbran, la subrayan, la multiplican..
La villa romana que descubre sus esplendores ocultos es siempre nuestra propia vida. Todas las vidas. El simún siempre sopló en ellas. Elegía y sensualidad: la vida, el tiempo."
Bajo mi punto de vista es uno de los poemarios con los que más he disfrutado. Son poemas escritos con el corazón puesto en la balanza. Y siempre el corazón pesa mucho más que otros aspectos. Es el mismo poeta erudito de siempre, sólo que en esta ocasión uno siente la identificación total.

He aquí uno de los poemas del libro:

EPITAFIO

Amigo que pasas, detente un isntante.
Yacen aquí las cenizas  de alguien
que no pidió venir (al que nada
le hubiese importado no venir)
y que, sin dolor, nunca temió irse.
Como tú, pensaba que este mundo 
es oscuro y sucio, y crueles y necios
la mayoría de los hombres, avaros y egoistas.
Hay momentos de lujo: la belleza
y el arte. Los chicos y los libros.
Él no buscó más. Y agradece
a los dioses que le impidieran llegar
a la vejez, tediosa y terrible.
Atrapa el presente amigo.
Goza y no tengas miedo.
El mundo no tiene arreglo
y los hombres tampoco. Suciedad
y traición colman la vida.
Coge los momentos fugaces de luz
y calienta con ellos la tumba.
Aquí sólo hay silencio y olvido.
Claro que hubiera dado igual no venir.
Pero ya que llegaste (sin pedirlo)
pásalo lo mejor que puedas...
Te lo dice quien, sin dolor,
no temió partir. Y lo hizo de golpe preciso.
Tranquilo, el Averno es benigno.
Y en verdad nada es peor
(salva los dorados momentos de oro)
que la vida misma. La inclemente
y dulce vida. Entrar, salir... No temas.
Nada hay, sólo el presente existe.
Sé feliz, caminante. Me llamo Nadie.
Como tú, como aquel, como todos...
Nadie descansando en Nada.