sábado, 9 de junio de 2012

Proyecto para excavar una villa romana en el páramo, de Luis Antonio de Villena

En este libro Proyecto para excavar una villa romana en el páramo Luis Antonio de Villena dice: "Es este, obviamente, un libro elegíaco. Sobre el tiempo, su tránsito y sus bellezas. Y como toda elegía,  -también con la equivalencia arqueológica- es así mismo un ibro de enorme vitalismo y sensualidad, porque la fugacidad enaltece el placer. ¿Referencias culturales? Me han parecido siempre parte integrante y cimera de la vida: la encumbran, la subrayan, la multiplican..
La villa romana que descubre sus esplendores ocultos es siempre nuestra propia vida. Todas las vidas. El simún siempre sopló en ellas. Elegía y sensualidad: la vida, el tiempo."
Bajo mi punto de vista es uno de los poemarios con los que más he disfrutado. Son poemas escritos con el corazón puesto en la balanza. Y siempre el corazón pesa mucho más que otros aspectos. Es el mismo poeta erudito de siempre, sólo que en esta ocasión uno siente la identificación total.

He aquí uno de los poemas del libro:

EPITAFIO

Amigo que pasas, detente un isntante.
Yacen aquí las cenizas  de alguien
que no pidió venir (al que nada
le hubiese importado no venir)
y que, sin dolor, nunca temió irse.
Como tú, pensaba que este mundo 
es oscuro y sucio, y crueles y necios
la mayoría de los hombres, avaros y egoistas.
Hay momentos de lujo: la belleza
y el arte. Los chicos y los libros.
Él no buscó más. Y agradece
a los dioses que le impidieran llegar
a la vejez, tediosa y terrible.
Atrapa el presente amigo.
Goza y no tengas miedo.
El mundo no tiene arreglo
y los hombres tampoco. Suciedad
y traición colman la vida.
Coge los momentos fugaces de luz
y calienta con ellos la tumba.
Aquí sólo hay silencio y olvido.
Claro que hubiera dado igual no venir.
Pero ya que llegaste (sin pedirlo)
pásalo lo mejor que puedas...
Te lo dice quien, sin dolor,
no temió partir. Y lo hizo de golpe preciso.
Tranquilo, el Averno es benigno.
Y en verdad nada es peor
(salva los dorados momentos de oro)
que la vida misma. La inclemente
y dulce vida. Entrar, salir... No temas.
Nada hay, sólo el presente existe.
Sé feliz, caminante. Me llamo Nadie.
Como tú, como aquel, como todos...
Nadie descansando en Nada.

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