sábado, 25 de mayo de 2013

Entrevista a Encarna García Higuera

                                                                                                    
FSM.- Encarna, con tan solo 12 años ganaste un premio de poesía en un certamen organizado por la cadena ser, ¿Qué te influyó escribir poesía tan joven?.
EGH.- Posiblemente influiría el ambiente de mi casa, donde había muchos libros y siempre leíamos, yo de pequeña era muy aficionada a leer y a escribir. Lo del premio supongo que fue cuestión de suerte, pero me hizo mucha ilusión.
 
FSM.- En 1986 fundaste el grupo poético Astro. Cuéntame cómo empieza el grupo, cuántos y quiénes érais, y si había en vosotros algún tipo de objetivo o alguna declaración de intenciones poéticas.
 
EGH.- Fernando, lo dice Herman Hesse a su amigo Romain Rolland en la dedicatoria que le hace en el libro Siddhartha “que sufre una crisis profunda en su vida espiritual……”. Posiblemente por eso fundé Astro, por el afán de llenar algo que me faltaba.
Al principio fuimos muchos: pintores, marionetistas, escultores, etc. Pero estos movimientos necesitan dinero para subsistir y quedamos los poetas que somos Antonio Varo, Pilar Sanabria, Soledad Zurera, Alfredo Jurado y yo, aunque tengo que decirte que sin Alfredo quizás el grupo no existiría, afortunadamente desde el principio él estuvo y sigue estando.
FSM.- Han visto la luz poemarios tuyos como Astro ausente, Abismos, A la orilla del Kaos, Del desdén y la huella, Como lloran las gárgolas, Yocasta, Código de barras, La casa de arena…¿Con qué poemario o poemarios te sientes más satisfecha o identificada y por qué.
EGH.- Me encuentro igual de satisfecha con todos y con todos me identifico aunque quizás “Yocasta” y “La casa de arena”, sean mis preferidos.
FSM.- Encarna, ¿para qué se escribe poesía? . ¿Tiene alguna misión?. ¿Nos salva de algo?.
EGH.- Dice Pessoa:
            “Quién lee deja de vivir. Haced ahora por hacerlo.
            Dejad de vivir, y leed. ¿Qué es la vida?”.
Con esta cita creo que te contesto, pero aún así te diré que a algunos nos salva de mucho.
FSM.- ¿Qué has aprendido en el mundo de la poesía y de los poetas?.
EGH.- He aprendido a apreciar más la lectura, a las personas, y a la vida.
FSM.- ¿Cuáles son  tus poetas de cabecera, aquellos a los que has admirado siempre?.
EGH.- Los malditos sin duda, pero también Pessoa, Pavese, La generación del 27 y todos los actuales, a los que leo con verdadero interés.
FSM.- En Paraninfo Poético pedimos a los entrevistados que nos digan una definición de lo que es para ellos poesía. ¿Cuál sería tu definición?.
EGH.- “Veamos claro, dije yo para mí; ¿Dónde está el cementerio? ¿Fuera o dentro?... El cementerio está dentro de Madrid. Madrid es el cementerio”. Mariano José de Larra.
Fernando, casi todo es cementerio excepto la poesía. Los poetas somos ángeles desterrados de nuestro universo, a veces frustrados, pero ángeles, ¡ vida !.
FSM.- También has escrito narrativa con novelas como El paraíso que nunca fue, Un largo camino o La mujer definitiva publicada por Almuzara. Cuéntanos por qué esa incursión en la novela. Y qué te ha aportado.
FSM.- La incursión en la novela fue algo bonito, la primera “El paraíso que nunca fue” me la publicó la Junta por los años 90 y Miguel Ángel Entrenas hizo una película con ella, fue divertido y una experiencia nueva. Y la última publicada por Almuzara, las dos me han dado muchas satisfacciones. La narrativa es gratificante.
FSM.- ¿Qué te parece el panorama actual de la poesía en Córdoba?.
EGH.- Me parece estupendo, creo que hay  gente joven escribiendo estupendamente y créelo Fernando, esto me produce una inmensa alegría, porque si no nos salva la poesía ¿quién nos salvará?.
FSM.- Para finalizar nos gustaría que nos dejaras un poema y nos digas por qué lo has elegido.
EGH.- El poema elegido es del libro “De ida y de vuelta” y lo he elegido al azar porque con todos los poemas me identifico, todos son un poco hijos.
 
RECUERDA
  
                            Recuerda hasta mañana.
                            La vida se disuelve como azúcar
y el mar es un momento
que sueña nuestra fiebre más absurda
 
Recuerda hasta mañana, verás que las estrellas
preguntan tu materia y se suicidan.
 
Cualquiera de tus ojos
derrama esa materia como estiércol;
el día es solamente una respuesta.
 
Recuerda hasta mañana: o no recuerdes:
tu mente te fabrica entre mis piernas
vagones de nostalgia y semen frío,
que ponen sin saberlo
un clavo en la garganta de las rosas.
 
Recuerda: que la vida es el momento
de sal sobre los ojos
del polvo más herido
 
Nos hace falta un día y ya has sentido
la curva del cansancio entre los ojos.
 
Tu flor más diminuta
Prepara el equipaje del recuerdo
y es dulce la mirada de la tierra:
un péndulo sin gesto es lo más claro,
recoge y desespera ese momento.
            
 
                                                        Encarna García Higuera
 

lunes, 20 de mayo de 2013

Entrevista a Matilde Cabello




FSM.- Matilde, en 1991 publicaste tu primer libro de poemas titulado El fruto de  aljamía, ¿qué es este libro y qué significó para ti entrar en la nómina de poetas que rápidamente comenzaron a tener en Córdoba un prestigio?
MC.-  Es el prólogo a las dos vertientes que tomaría mi poesía: al-Ándalus y la infancia en los 60. Cuando se publicó ya había sido premiado un año antes en Baena, entre otros, por Vicente Núñez a quien le pareció original y profundo; desde un primer momento se interesó vivamente por aquel libro y por lo inédito. De ahí nació nuestro cariño mutuo y mi profunda veneración por obras como Ocaso en Poley que ya citaba en mis poemarios. Poco después, la crítica de  Guillermo Carnero en el mismo sentido, cuando me otorgó el Mario López, también fue decisiva en esa consideración de la que hablas. Desde luego nada hubiera sido posible sin el ánimo y la ayuda de mi maestra, Juana Castro, que rompió con toda mi timidez y miedo a publicar. Fue decisiva para mí.
FSM.-  Más tarde publicaste Las teas de la tarde, Azul reflejo, Tres cantos para un niño oscuro, La tierra oscura, y todos ellos avalados por premios como el Luis Carrillo de Sotomayor, el Mario López o el Rosalía de Castro. ¿Con qué libro o libros te sientes más identificada o satisfecha y por qué?
MC.- Todos tienen una razón y marcan una evolución. Concibo la poesía como un ejercicio de introspección sincero, nunca como oficio,  trampolín o producto curricular. ¿Satisfecha, dices? Si me guío por los poemas que sigo leyendo con placer, quizá La tierra oscura, el último publicado, que es decir infancia; esa forma peculiar de mirar la infancia que ya estaba en los anteriores y, hasta me atrevo a decir que ha tenido un cierto poder de influencia en la poesía femenina cordobesa posterior. Pero eso lo dirá el tiempo, si alguien tiene ganas de analizarlo un día. También me ha ilusionado mucho una antología publicada en 2012 (La isla de Siltolá, Sevilla): Poesía de la Luz. Poetas de Puerto Real, mi pueblo donde siempre han estado atentos a lo que escribo.
FSM.- ¿Cómo fue ese cauce que te llevó a ser una poeta en activo?
MC.- Si por activo se entiende  publicar, fue casual como decía antes. Si activa es escribir, lo soy desde que tengo memoria de mí misma. La poesía, superada la etapa pre y adolescente, ha sido intermitente, con largos espacios de silencio y otros, aún más largos, de convalecencia. Siempre tengo poemarios inéditos, sin prisa por publicarlos; me da pereza todo lo que de “requisitos” extra poéticos implica; de ahí que se me puede considerar eso que llaman “poeta tardía”, no por actividad sino en la publicación.
 FSM.- ¿Qué te ha dado la poesía?
MC.-  Su lectura me ha permitido el acercamiento a autores imprescindibles para alimentar ese “ser-ahí” de Heidegger o lo que Aristóteles llamaba psyche; su escritura me ha dado  la herramienta imprescindible para ese “conócete a ti mismo” que aconsejaban los sabios griegos. Me ha ahorrado consultas de psicólogos, sensaciones de soledad o aburrimiento; me ha dado amigos, algún enemigo, algunas respuestas. Como escritora, todo. En mi opinión, si se sabe escribir poesía (auténticos versos, digo) lo demás es “hacer ganchillo”, que decía Vicente cuando escribía sonetos. A nivel profesional, cuando la noticia del primer premio llegó al diario Córdoba, asociaron mi nombre con el de la muchacha que  enviaba artículos y de ahí vino la propuesta y el compromiso de convertirme  en columnista, corresponsal, reportera…en la “todo terreno” que dicen mis directores, y han pasado ya 23 años ininterrumpidos desde entonces. 
FSM.-  No solo has cultivado la poesía, sino que también has escrito narrativa con dos importantes libros como Wallada. La última luna, publicada por la editorial Almuzara. Y El libro de las parturientas publicado por la editorial Puntoreklamo. ¿Podrías hablarnos de estas dos novelas?
MC.- En Wallada me planteaba dos  retos: romper con el silencio que, salvo tópicos y pseudo- fantasías “moras”, se cernía sobre ella y estructurarlo en prosa poética y verso, justamente en el estilo de El collar de la paloma de Ibn Hazm, ejemplo de lo que podríamos llamar la “reválida” de los poetas andalusíes. En mi opinión logré el propósito. Fue la primera biografía de Wallada y marcó su perfil; desveló, entre otros, sus rasgos físicos, opuestos a los que, hasta entonces, le atribuían los artículos y opúsculos sobre ella. Todo lo que dice el análisis en profundidad de la poesía de ambos. Desde las primeras ediciones en español (Ahora 2000 y Almuzara 2005) hasta la última en italiano (Castelvecchi, Roma 2011), es un libro que se vende solo, como auspició Pimentel cuando me propuso una segunda edición en su editorial y, efectivamente, me ha llevado a Cuba, EE.UU. o Italia; se ha analizado en las aulas de la Universidad de Albany (Nueva York) y en algunas francesas. Él sólo, sin más tarjeta de presentación ni gestión que el libro mismo. Se gestó durante un quinquenio de lecturas de crónicas, poesía andalusí, ensayos y manuales de Historia, facilitados muchos de ellos por  Feliciano Delgado, entonces compañero de páginas en el diario local; sin embargo, el archivo de El libro de  las parturientas es mi propia memoria y mis paisajes sentimentales recubriendo  la historia de Salud. Es de lectura y elaboración más fácil, muy cercano y va ya por la 2ª edición. Tiene la peculiaridad de gustar por igual a los alumnos de las escuelas de adultos (donde tiene un público numerosísimo e incondicional), como a los lectores más “curtidos” en novela y ensayo. La editorial El Páramo (Puntoreklamo) cuida mucho las ediciones y a sus autores; quienes hemos sufrido el caudillismo cultural y sectario de los años 80-90 en Córdoba, sabemos que tenerlos es un lujo para esta ciudad.   
FSM.- Volviendo a la poesía. ¿Podrías darnos una definición de lo que es para ti poesía?
MC.-   Para mí es una forma de sentir, expresar y padecer la vida; una manera de revelarme frente a lo que no comprendo, de despejar una duda existencial a cambio de asumir millones más. Es un estado de ánimo y una actitud ante la vida que cada día me obliga a replegarme más, a “endiliarme” lejos de todo lo que no se parece a la poesía, para plegarme al capricho de “la ramera” (y de nuevo cito a Vicente). Cuando este caos en el  que nos sumerge cristaliza en la estética, es poesía. Lo demás es prosa o pretensión.
FSM.- También  eres columnista del periódico El Día de Córdoba, guionista y presentadora de TVM, ¿qué te aportan estas actividades en tu tarea como escritora?
MC.-  A Córdoba, a su historia, a su cultura, a su patrimonio y sobre todo a sus gentes,   he dedicado el cien por cien de mi trabajo profesional y literario, tanto en los medios de comunicación como en narrativa y en poesía. Estos 23 años ininterrumpidos, a pie de calle, en hemerotecas y bibliotecas, me han proporcionado como es lógico, un profundo conocimiento de Córdoba. Los reportajes de Así somos en la TVM,  por poner un ejemplo, están escritos calle a calle y paso a paso, tras consultar la bibliografía correspondiente. Y tenemos más de 1.000 emisiones, sin mencionar las más de 2.000 publicaciones sólo de reportajes en prensa o las guías sobre la ciudad dentro y fuera de El Día de Córdoba.  Esa riqueza está ahí y aflora, como es natural, tanto en la forma como en el fondo de lo que escribo. No creo que se pueda escribir (bien, digo) de lo que no se conoce ni se siente; cuando se hace desde el sentir de otro, siempre se percibe como un  mal plagio. De ahí el cariño que percibo, me siento muy querida en Córdoba;  porque esta ciudad sigue siendo discreta, como la vio Baroja, y excesivamente educada, pero también tremendamente sensible e intuitiva. No se la engaña aunque calle.
FSM.- También perteneces al Colectivo abierto de poetas cordobesas. ¿Cómo crees que está la situación de las igualdades entre los hombres y las mujeres en este momento?
MC.-  El Colectivo abierto de poetas fue una iniciativa de Juana Castro que creamos apoyadas por las mujeres de la UCO, María José Porro entre ellas. Estos dos nombres son, en mi opinión, un garante del espíritu que lo impulsó. Uno de los objetivos era dar “visibilidad”, que se dice ahora, a mujeres silenciadas y abrir las puertas a nuevos valores. Antes y después del tiempo en que me tocó presidirlo, consolidamos iniciativas muy interesantes. Respecto a la igualdad, opino que,  a pesar de los avances, sigue existiendo una barrera alzada por distintos factores: por cierto estereotipo  de mujeres en publicidad, cine o medios de comunicación; por la incapacidad de nuestras representantes políticas de crear posturas realmente femeninas, en lugar de sumarse a lo que hay y, desde luego, no se logrará el principio de igualdad mientras no rompamos con ese concepto altomedieval del atractivo físico como arma para situarnos.
FSM.- ¿Cómo ves el panorama de la poesía en Córdoba en este comienzo del siglo XXI? 
MC.- Como he comentado tantas veces, Córdoba es la única ciudad que puede presumir de tener cinco generaciones de poetas vivos. Aquí la poesía ha sido, desde el siglo X que yo haya constatado, un valor reconocido; somos una ciudad de poetas. Cántico nos dejó (y afortunadamente seguimos teniendo a Pablo),  una buena nómina y dos o tres voces grandes; lo mismo empieza a suceder ya con la generación que conocí en los 80 entre los que tenemos, tanto en ellas como en ellos, referentes nacionales e internacionales. Opino que estamos en tiempo de reconocer a esas y esos poetas. Pero sabemos que, en poesía –salvo alguna excepción-,  nunca se conoce la gloria porque cuando te la otorgan estás muerto o te han matado lentamente. De las generaciones más novísimas, es pronto para saber; lo que percibo lo expresa suficientemente esta reflexión de Séneca a Lucilio: “Sobre los que buscan la sabiduría:
Pitágoras obligaba a sus discípulos a cinco años de silencio. ¿Creéis que les permitiría hablar y pronunciar elogios desde el primerda? ¡Qué locura la del filósofo que se regocija de los aplausos que le tributan los ignorantes después de oírle el primer día! ¿Qué satisfacción puede recibir de las alabanzas de gentes a quienes no puede alabar él?”
FSM.- Para finalizar quiero agradecerte tu colaboración en Paraninfo Poético y pedirte que nos dejes aquí un poema y nos digas por qué lo has elegido. Muchas gracias.
MC.-   Es la primera sensación, el primer poema que anoté en mi cuaderno cuando me autoexilié a Extremadura, tras 20 años de ausencia. Allí escribí Cenizas de otro Sur y La tierra oscura y éste es el principio.
Si vuelves no preguntes.
            Si vuelves, ve en silencio a buscar tu paisaje.
            Verás que te responde.
Y no preguntes.
Calla.
 

jueves, 9 de mayo de 2013

El silencio y la seda, Poetas cordobesas frente a Julio Romero de Torres

Hace pocos días se presentó una nueva antología del Colectivo Abierto de Poetas Cordobesas: El silencio y la seda, en el salón de los mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos. Un hermoso acto presidido por el Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba, Juan Manuel Moreno Calderón, el director de la editorial El Páramo, Juan Manuel López García, y las poetas Juana Castro, Balbina Prior y María Luz Escuín. Se trata de un proyecto concebido desde hace ya muchos años y que por fin ha visto la luz gracias a la colaboración de la editorial El Páramo y el Ayuntamiento de Córdoba. Es un trabajo hecho no sólo con aspectos reivindicativos de la mujer en el plano cultural y poético de nuestra ciudad y de nuestro pais sino también de homenaje a Julio Romero y a esa mujer que representaba en sus cuadros, esa mujer de una generación anterior, la mujer del siglo XX que eran las madres y las abuelas, mujeres con aspiraciones y que nunca pudieron desarrollar sus capacidades debido a la tracicional marginación a que siempre estuvieron sometidas.
El libro tiene un gran atractivo, no sólo por las prestigiosas plumas que participan en él, sino además porque va acompañado de ilustraciones detalle de los lienzos que Julio Romero pintó. Las participantes del libro son: Mut´a, Uns al-Qulub, Aisa bint Ahmad al-Qurtubiyya, Umm as-Sad bint Isam al-Himyari, Concha Lagos, María José Rodriguez Millán, Encarna García Higuera, Soledad Zurera, Juana Castro, María Luz Escuín, Ángeles Mora, Mercedes Castro, Lola Salinas, Matilde Cabello, Concha García, María Rosal, Rafaela Hames, Pilar Sanabria Cañete, Isabel Pérez Montalbán, Balbina Prior, Araceli Sánchez Franco, Leyla Ouf, Mertxe Manso, Verónica Moreno, Ángela Jiménez, Ana Castro y José María Baez.

Les dejamos con dos poemas de dos poetas participantes.

EN LA LIGA DE UN SUEÑO

                        Lírica hallada en el encuentro con dos cuadros

Años atrás quise retener en un poema
"La Señora de Rojo" de Moroni, en la sala 6,
pero cuántos habré perdido
por infectadas picaduras de tiempo.
Cumpliendo hoy un deber, paseo por la ribera en obras
hacia el museo de Julio Romero, empleado
de la fábrica del color y amanuense dilecto de pasiones.
Tengo el propósito de adentrarme de nuevo en luz,
aunque siempre insista en evadirme por las sombras,
bogando en trasuntos claros y débiles oscuros,
como ecológico torero afilando su estoque,
rockero a sueldo de la industria y la pura hiel sin ventas,
entre un lápiz y las brujas que gobiernan mi ordenador imantado,
poetas entre Sofá y Experiencia,
artistas de corazón, que duermen sin privacidad con el caballero cuché,
o la Europa del euro abatida entre austeridad y crecimiento.
Años atrás quise vivir mis sueños, y ahora ya sé,
como Don Julio nunca negó, que solo rozamos el arte de sus mujeres,
el de sus tinieblas enemigas, y en la pelea cotidiana del existir
dependemos de una única boya aislada del Atlante Deseo,
porque a sabiendas señala el regreso a lo real.
Años atrás quise robar el cuadro de Moroni,
pero se tornó imposible porque las puertas cerradas
de la National Gallery lo impidieron.
Quiero aprehender hoy el mundo de un sólo cuadro de Julio,
pero seguro que no será por la prisa canalla de los tiempos,
ni por los malditos horarios de lo irreal,
pongamos si hubiera "En la liga un Sueño".

                    BALBINA PRIOR



RIVALIDAD

Porque es la noche de mujeres oscuras
y el esplendor de una herrumbre primitiva
de ese viento indomable de la entrega,
de ese delirio adintelado de ceniza.
Por todo equipaje esa penumbra que clama desnuda,
ese mendicante clamor certero,
desventura femenina sin fianza,
prendimiento de una sed de siglos sin primavera.
Mujeres ramificadas
en el eco de lo siempre consumado,
con la larga herencia de las lumbres ateridas.
Rivales que, beligerantes de por vida,
librarán batallas anegadas por lo bello.
Ellas siguen ahondando nuestra zubia
y también ese infinito relente de intemperies,
ese veredicto de evidencias condenadas
que Eva nos traspasó
en el caudal fecundo, enconado y torrencial de su sangre.

               PILAR SANABRIA CAÑETE

miércoles, 1 de mayo de 2013

Entrevista a Basilio Sánchez



FSM.- Basilio, acabas de publicar el reciente premio Ciudad de Córdoba “Ricardo Molina” con Cristalizaciones. ¿Qué representa para ti un nuevo e importante premio en tu haber?

BS.- Me siento muy honrado. Es un privilegio, además, que mis nuevos poemas aparezcan ligados a una ciudad como Córdoba y a la memoria del gran poeta de Cántico Ricardo Molina

FSM.- Me ha parecido leer que has dicho que Cristalizaciones es un libro que habla sobre la fragilidad, ¿podrías explicarnos a qué te refieres?

BS.- Cristalizaciones es un libro que indaga en la fragilidad de la doble naturaleza del poeta, la del hombre y la del escritor, y que busca en la poesía no un reflejo del mundo o de nosotros mismos, sino la transparencia que permite percibir a través de ella la realidad del mundo, esa realidad objetiva que constituye nuestro espacio moral.

FSM.- De todos tus poemarios publicados por cuál sientes una especial predilección y por qué.

BS.- Quizás La mirada apacible, porque es el libro en el que el tono personal, mi manera de relacionarme con las palabras y, a través de ellas, con el mundo, se me empieza a hacer visible

FSM.- ¿Qué te aporta escribir poesía?

BS.- Podría decir que la poesía me salva y me protege, pero sería pretencioso y posiblemente ingenuo. Lo que la poesía me da es compañía. Y una cierta manera de relacionarme con lo que soy y con lo que me rodea

FSM.- ¿Debe tener algún cometido, alguna finalidad la escritura poética?

BS.- La poesía es de naturaleza humilde. No se le pueden pedir muchas cosas, y menos que cambie el mundo o nuestra vida. Los poemas se escriben para que caminemos entre ellos. El lenguaje es un bosque.

FSM.- ¿Qué aspectos del poema valoras para dar por finalizada la construcción de un poema o para incluirlo en el conjunto de un poemario?

BS.- Todo poema tiene su propio desarrollo y su propio tiempo. Nuestro cometido es el de estar, simplemente, atentos. En un momento determinado, el poema de las palabras y el poema de las ideas coincidirán plenamente y entonces sabremos que el poema se ha cumplido.

FSM.- Y un poemario completo ¿debe guardar alguna unidad temática? ¿o crees que no es necesario para conformar un buen libro de poesía?

BS.- Cada poeta tiene una visión diferente de este asunto. Yo concibo la creación poética como una suerte de diario del espíritu en el que se conjugan, necesariamente, el transcurrir del tiempo con el de la propia existencia; o dicho de otra manera: la poesía como una forma de registrar y poner en relación la vida de uno mismo con el mundo que le rodea tal y como por el poeta consigue percibirlo a lo largo de las diferentes etapas por las que va pasando. Para mí, por tanto, la unidad de medida en poesía no es el verso, ni siquiera el poema, sino el libro, expresión sin duda incompleta, pero muy reveladora, de una forma de decir y de vivir en el tiempo.

FSM.- Desde tu primer libro publicado A este lado del alba hasta ahora, crees que has tenido alguna evolución en la forma y en el contenido de tus libros de poesía, o te mantienes fiel a tu trayectoria iniciada.

BS.-  En mis 30 años de escritura poética no he cambiado sustancialmente. Los poemas de A este lado del alba, quizás hablen de las mismas cosas que los poemas de Cristalizaciones, mi último libro. Han variado un poco las formas, ahora pretendo ser más claro, más transparente, intento que, como dije antes,  el poema de las ideas que está dentro del poema de las palabras pueda ser escuchado. Pero los temas son los mismos: las cosas de la vida que uno experimenta desde su intimidad y que con palabras más o menos gastadas pretende uno desvelar para sí y para los demás, palabras que al ir dirigidas a la sensibilidad y al conocimiento, pueden de alguna forma ayudarnos a vivir.

FSM.- El poeta, ¿nace o se hace?

BS.-No lo sé. No sé en qué medida participan el talento o la carga genética. Siempre he estado convencido de que llegué a la poesía por azar. Pero también es posible que ese azar no hubiese tenido trascendencia sin el condicionamiento de la necesidad. En cualquier caso, una vez que se ha optado por la escritura, la única manera de hacerse es escribiendo, y por supuesto leyendo.

FSM.- ¿Cómo y cuándo surgió en ti el interés por escribir poesía?

BS.- Vocación, en el sentido de llamamiento o inspiración divina, no la he tenido nunca. La lectura de algunos poetas en un momento determinado de mi vida me indujo, a una edad relativamente tardía (23 o 24 años), a intentar emularlos con la escritura de unos versos tan voluntariosos como cándidos.

FSM.- ¿Qué poetas te han influenciado más o cuáles han formado parte de tu memoria de agradecimientos por sentir una gran admiración por ellos?

BS.- El pequeño escenario en el que a principios de los ochenta, y con más voluntad que acierto, comenzarían a surgir mis primeros poemas lo conformaban unos pocos libros de unos cuantos poetas: Vicente Aleixandre, Neruda, Walt Whitman, Miguel Hernández, Hölderlin, Rainer Maria Rilke y Claudio Rodríguez. Luego vendrían otros igualmente importantes en la formación de mi sensibilidad poética: Francisco Brines, Valente, Cernuda —y con él toda la corriente de poesía meditativa de la tradición anglosajona—, Antonio Colinas, Octavio Paz o Antonio Machado.

FSM.- Basilio, ¿podrías definirnos tu propio o personal concepto de lo que es para ti poesía?

BS.- Esta es una de las preguntas que uno siempre intenta esquivar; más que nada porque uno escribe, precisamente, para explicarse algunas cosas de su vida, entre las cuales se encuentra la propia escritura. Muchos de los poemas que he escrito, incluidos los de Cristalizaciones, intentan dar respuesta a esta cuestión. Sin embargo, tengo la intuición de que la poesía es un mensaje en la pared de una gruta, una nota a propósito para los que se pierden en la noche, para los que no tienen un lugar como propio.

FSM.- Eres un poeta extremeño, ¿cómo está el panorama de la poesía extremeña en estos momentos?

BS.- Lo veo con normalidad, como veo la actividad literaria de cualquier otra región. Hay poetas, narradores, ensayistas... Cada generación se sucede insensiblemente con la siguiente, sin carencias, sin desmoronamientos. Se publica mucho fuera y dentro; se lee, también mucho, dentro y fuera. Los escritores se reúnen en asociaciones, se organizan talleres literarios, se difunde la creación entre los jóvenes a través de las Aulas.... Todo muy normal. Y en esta normalidad, en una comunidad como la nuestra, secularmente acomplejada, radica sin duda lo extraordinario.

FSM.- Para acabar nos gustaría que nos dejases un poema y nos digas por qué lo has elegido. Muchas gracias.

BS.-  El poema “Correspondencias”, perteneciente a Cristalizaciones, nos habla del difícil equilibrio de la existencia, de la fragilidad del entramado de afectos en el que nos movemos y de la humildad de la escritura, esa forma de atención minuciosa y paciente a lo que nos rodea.


                           CORRESPONDENCIAS

  

Mientras llega la tarde con su peso

de cristal de Murano

y el horizonte traza a la altura del cielo de los ojos

la línea imaginaria del origen del mundo,

te paras a pensar que la existencia

mantiene entre nosotros

y las cosas con las que convivimos

una oculta cohesión; que hace crecer

a nuestro alrededor

un orden silencioso de pequeños afectos

en el que todo gira alrededor de todo:

un sistema perfecto, pero desmoronable,

tan insustituible como frágil.


Es por eso, quizás, por lo que ahora,

mientras llega la tarde, arrodillándote

como los paleontólogos,

inclinas la cabeza y te incorporas

de nuevo a tus asuntos como si nada hubiese sucedido.

Resuelto a ser paciente,

a no desdeñar nada por insignificante.



                                               Basilio Sánchez

                                               Abril de 2013