miércoles, 1 de mayo de 2013

Entrevista a Basilio Sánchez



FSM.- Basilio, acabas de publicar el reciente premio Ciudad de Córdoba “Ricardo Molina” con Cristalizaciones. ¿Qué representa para ti un nuevo e importante premio en tu haber?

BS.- Me siento muy honrado. Es un privilegio, además, que mis nuevos poemas aparezcan ligados a una ciudad como Córdoba y a la memoria del gran poeta de Cántico Ricardo Molina

FSM.- Me ha parecido leer que has dicho que Cristalizaciones es un libro que habla sobre la fragilidad, ¿podrías explicarnos a qué te refieres?

BS.- Cristalizaciones es un libro que indaga en la fragilidad de la doble naturaleza del poeta, la del hombre y la del escritor, y que busca en la poesía no un reflejo del mundo o de nosotros mismos, sino la transparencia que permite percibir a través de ella la realidad del mundo, esa realidad objetiva que constituye nuestro espacio moral.

FSM.- De todos tus poemarios publicados por cuál sientes una especial predilección y por qué.

BS.- Quizás La mirada apacible, porque es el libro en el que el tono personal, mi manera de relacionarme con las palabras y, a través de ellas, con el mundo, se me empieza a hacer visible

FSM.- ¿Qué te aporta escribir poesía?

BS.- Podría decir que la poesía me salva y me protege, pero sería pretencioso y posiblemente ingenuo. Lo que la poesía me da es compañía. Y una cierta manera de relacionarme con lo que soy y con lo que me rodea

FSM.- ¿Debe tener algún cometido, alguna finalidad la escritura poética?

BS.- La poesía es de naturaleza humilde. No se le pueden pedir muchas cosas, y menos que cambie el mundo o nuestra vida. Los poemas se escriben para que caminemos entre ellos. El lenguaje es un bosque.

FSM.- ¿Qué aspectos del poema valoras para dar por finalizada la construcción de un poema o para incluirlo en el conjunto de un poemario?

BS.- Todo poema tiene su propio desarrollo y su propio tiempo. Nuestro cometido es el de estar, simplemente, atentos. En un momento determinado, el poema de las palabras y el poema de las ideas coincidirán plenamente y entonces sabremos que el poema se ha cumplido.

FSM.- Y un poemario completo ¿debe guardar alguna unidad temática? ¿o crees que no es necesario para conformar un buen libro de poesía?

BS.- Cada poeta tiene una visión diferente de este asunto. Yo concibo la creación poética como una suerte de diario del espíritu en el que se conjugan, necesariamente, el transcurrir del tiempo con el de la propia existencia; o dicho de otra manera: la poesía como una forma de registrar y poner en relación la vida de uno mismo con el mundo que le rodea tal y como por el poeta consigue percibirlo a lo largo de las diferentes etapas por las que va pasando. Para mí, por tanto, la unidad de medida en poesía no es el verso, ni siquiera el poema, sino el libro, expresión sin duda incompleta, pero muy reveladora, de una forma de decir y de vivir en el tiempo.

FSM.- Desde tu primer libro publicado A este lado del alba hasta ahora, crees que has tenido alguna evolución en la forma y en el contenido de tus libros de poesía, o te mantienes fiel a tu trayectoria iniciada.

BS.-  En mis 30 años de escritura poética no he cambiado sustancialmente. Los poemas de A este lado del alba, quizás hablen de las mismas cosas que los poemas de Cristalizaciones, mi último libro. Han variado un poco las formas, ahora pretendo ser más claro, más transparente, intento que, como dije antes,  el poema de las ideas que está dentro del poema de las palabras pueda ser escuchado. Pero los temas son los mismos: las cosas de la vida que uno experimenta desde su intimidad y que con palabras más o menos gastadas pretende uno desvelar para sí y para los demás, palabras que al ir dirigidas a la sensibilidad y al conocimiento, pueden de alguna forma ayudarnos a vivir.

FSM.- El poeta, ¿nace o se hace?

BS.-No lo sé. No sé en qué medida participan el talento o la carga genética. Siempre he estado convencido de que llegué a la poesía por azar. Pero también es posible que ese azar no hubiese tenido trascendencia sin el condicionamiento de la necesidad. En cualquier caso, una vez que se ha optado por la escritura, la única manera de hacerse es escribiendo, y por supuesto leyendo.

FSM.- ¿Cómo y cuándo surgió en ti el interés por escribir poesía?

BS.- Vocación, en el sentido de llamamiento o inspiración divina, no la he tenido nunca. La lectura de algunos poetas en un momento determinado de mi vida me indujo, a una edad relativamente tardía (23 o 24 años), a intentar emularlos con la escritura de unos versos tan voluntariosos como cándidos.

FSM.- ¿Qué poetas te han influenciado más o cuáles han formado parte de tu memoria de agradecimientos por sentir una gran admiración por ellos?

BS.- El pequeño escenario en el que a principios de los ochenta, y con más voluntad que acierto, comenzarían a surgir mis primeros poemas lo conformaban unos pocos libros de unos cuantos poetas: Vicente Aleixandre, Neruda, Walt Whitman, Miguel Hernández, Hölderlin, Rainer Maria Rilke y Claudio Rodríguez. Luego vendrían otros igualmente importantes en la formación de mi sensibilidad poética: Francisco Brines, Valente, Cernuda —y con él toda la corriente de poesía meditativa de la tradición anglosajona—, Antonio Colinas, Octavio Paz o Antonio Machado.

FSM.- Basilio, ¿podrías definirnos tu propio o personal concepto de lo que es para ti poesía?

BS.- Esta es una de las preguntas que uno siempre intenta esquivar; más que nada porque uno escribe, precisamente, para explicarse algunas cosas de su vida, entre las cuales se encuentra la propia escritura. Muchos de los poemas que he escrito, incluidos los de Cristalizaciones, intentan dar respuesta a esta cuestión. Sin embargo, tengo la intuición de que la poesía es un mensaje en la pared de una gruta, una nota a propósito para los que se pierden en la noche, para los que no tienen un lugar como propio.

FSM.- Eres un poeta extremeño, ¿cómo está el panorama de la poesía extremeña en estos momentos?

BS.- Lo veo con normalidad, como veo la actividad literaria de cualquier otra región. Hay poetas, narradores, ensayistas... Cada generación se sucede insensiblemente con la siguiente, sin carencias, sin desmoronamientos. Se publica mucho fuera y dentro; se lee, también mucho, dentro y fuera. Los escritores se reúnen en asociaciones, se organizan talleres literarios, se difunde la creación entre los jóvenes a través de las Aulas.... Todo muy normal. Y en esta normalidad, en una comunidad como la nuestra, secularmente acomplejada, radica sin duda lo extraordinario.

FSM.- Para acabar nos gustaría que nos dejases un poema y nos digas por qué lo has elegido. Muchas gracias.

BS.-  El poema “Correspondencias”, perteneciente a Cristalizaciones, nos habla del difícil equilibrio de la existencia, de la fragilidad del entramado de afectos en el que nos movemos y de la humildad de la escritura, esa forma de atención minuciosa y paciente a lo que nos rodea.


                           CORRESPONDENCIAS

  

Mientras llega la tarde con su peso

de cristal de Murano

y el horizonte traza a la altura del cielo de los ojos

la línea imaginaria del origen del mundo,

te paras a pensar que la existencia

mantiene entre nosotros

y las cosas con las que convivimos

una oculta cohesión; que hace crecer

a nuestro alrededor

un orden silencioso de pequeños afectos

en el que todo gira alrededor de todo:

un sistema perfecto, pero desmoronable,

tan insustituible como frágil.


Es por eso, quizás, por lo que ahora,

mientras llega la tarde, arrodillándote

como los paleontólogos,

inclinas la cabeza y te incorporas

de nuevo a tus asuntos como si nada hubiese sucedido.

Resuelto a ser paciente,

a no desdeñar nada por insignificante.



                                               Basilio Sánchez

                                               Abril de 2013



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